Ya es viernes otra vez!!!
Y como dicen por allí…hoy toca.
Si, hoy toca hablar de las abuelas y abuelos, por si hay alguno que al que le guste visitar este blog.
Recordarán que la semana pasada hablamos de lo maravilloso que es para los niños poder compartir momentos con sus abuelos, sus enseñanzas y experiencias, las aventuras y esas pláticas sobre temas que, por alguna extraña razón, siempre son interesantes para los chicos y que los hacen poner atención por periodos que nosotros poco hemos podido conseguir.
Pero qué decir de nosotros los padres, cuantos realmente valoramos ese tiempo, esas charlas, esas aventuras que nuestros hijos viven con ellos, cuántos podemos decir que propiciamos esos momentos por lo que significan y cuantos otros lo hacemos, porque así me los cuidan mientras yo hago mis cosas, o mientras voy al trabajo o al cine.
Créanme hay una gran diferencia.
A los abuelos no sólo son los nietos quienes tienen que disfrutarlos, también nosotros.
Pero parece que con los años hemos perdido nuestra capacidad de asombro o simplemente no tenemos tiempo para observar y sentir.
Cuánto aprenderíamos si por tan solo un instante observáramos a nuestros hijos cuando están con sus abuelos; podríamos descubrir esa faceta de nuestros padres que con el pasar de los años y la rutian de la vida diaria no tuvimos la oportunidad de ver, los veríamos disfrutar como transmiten sus enseñanzas, escucharíamos anécdotas que quizá nunca supimos que habían pasado y, sobre todo, nos divertiríamos tanto haciendo cosas que cuando éramos pequeños nunca nos dieron permiso de hacer.
Sí, creo que ser abuelo es algo maravilloso para los nietos y para los papás de los nietos.
Doy gracias a Dios porque mis hijos tienen la oportunidad de tenerlos.
Y de la bisabuela…de ella hablaremos la próxima vez porque esa…esa es otra historia.
Buen fin de semana!!!
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