viernes, 18 de mayo de 2012

"Día del maestro"


EDUCAR  significa la preparar a  la persona para la vida y por la vida.

Hace unos días celebramos el 15 de mayo,  Día del Maestro,  y estuve recordando muchos momentos importantes de mi vida, primero como estudiante recordando aquellos maestros que dejaron huella en mí con sus enseñanzas y su personalidad,  y después como maestra reviviendo esos días dentro mi salón viendo las caritas de todos aquellos niños que depositaron su confianza en mí para que los guiara durante todo un curso escolar.

Y fue cuando recordé lo que para mí es ser Maestra.

Una maestra no es quien te enseña Español sino aquella que te prepara para que puedas expresar con claridad y propiedad tus ideas, sentimientos, tus pensamientos y así relacionarte con los demás, no te enseña Historia, te conecta con tu pasado para que construyas tu propia identidad y mejores tu futuro, no te enseña Ciencias Naturales, sino que te presenta el mundo para que te sientas realmente parte de él y aprendas a  cuidarlo y respetarlo, no te enseña Matemáticas, te muestra la exactitud con que se maneja la vida para que puedas aprender a manejarla.

Pero sobre todo, una maestra no solo se preocupa por cumplir con un programa, sino que asume la responsabilidad de tener entre sus manos la vida de un ser humano que confía en que ella lo ayudará a ser una mejor persona.

Cuando logras ser una maestra así, los días de quincena dejan de ser los más importantes y este lugar lo ocupan esos momentos en que los niños pasan un examen, terminan una tarea, pueden exponer un tema sin problema y se despiden de ti cada día con un abrazo y una sencilla pero expresiva mirada con la que te dan las gracias por todo lo que has hecho por él.

Esto es SER MAESTRA, lo demás…siempre será lo de menos.

¡Hasta la próxima!

domingo, 5 de febrero de 2012

Estudiar con nuestros hijos, todo un reto.

Buena noche "norteada" de domingo para todas!!!!!


Por fin volví; después de un mes de cambios y de ajustes, ya estoy de vuelta para compartir con ustedes una experiencia maravillosa que viví en días pasados y fue una conferencia para papás sobre "Cómo estudiar con sus hijos" y un curso para los niños sobre "Aprender a estudiar", que resultaron ser todo un éxito.


El tema del estudio siempre es algo que a los padres nos interesa mucho, porque pocos sabemos cómo hacerlo bien y nos desesperamos con facilidad. 


Y por otro lado, muchas veces nuestros hijos no están en la mejor disposición y eso nos desespera aún más, sobre todo si no sabemos como abordar el problema.


Eso es precisamente lo importante, saber que el tema o materia no es lo principal, sino la forma en que lo vamos a estudiar.


Para eso debemos empezar por el principio, saber que todos aprendemos por medio de los sentidos y que son ellos quienes nos mandan la información al cerebro para después poderla sacar, ordenar, practicar, y plasmar en un examen.


Si nosotros sabemos cuál es el sentido que nuestros hijos tiene más desarrollado y su material de estudio se basa en él (sin descuidar los otros por supuesto), las horas de estudio serían menos y más sencillas.


Aunado a esto debemos tener una disciplina y un orden para estudiar mejor.


Algunos tips que les puedo dar son:

  • Escoger un lugar tranquilo y bien iluminado (de preferencia siempre el mismo).
  • Poner música clásica de fondo (la que más le guste a nuestro hijo , no a nosotros).
  • Tenerle un vaso de agua y que la tome por traguitos pequeños.
  • Que tenga todos los materiales que va a utilizar, no de más.
  • Delimitar el tiempo de estudio, no más de dos horas (dependiendo de la edad de nuestro chiquito).
Y ahora sí, a estudiar.

Pero...¿qué música es la adecuada?
¿Qué materiales necesita?
¿Cómo se cuál es su sentido más fuerte y cuál su más débil?
¿Por dónde empiezo?

Eso lo iremos viendo paso a paso para la próxima, ¡no se lo pierdan!

!!Qué tengan una linda semana!!

viernes, 16 de diciembre de 2011

La educación y los niños de hoy

Hola a todos, en esta tarde de viernes, nublada y fresca he decidido hablarles un poco sobre un tema que estuve platicando con unas amigas hace unos día y que tiene que ver con mi artículo anterior sobre “El antes y el después de la Educación”. A medida que hablo sobre estos temas me doy cuenta que la vida ha cambiado mucho y ahora algunos papás se sienten más perdidos y solos que los padres de antes.

Es un hecho que la vida ya no es la misma; ahora la mayoría de las mamás trabajamos, no sólo por necesidad (aunque un gran porcentaje lo haga porque lo necesita), sino también porque se nos han abierto muchas puertas que antes se nos cerraban y no sería justo que después de una lucha de más de 100 años por los derechos de las mujeres no  aprovecháramos las oportunidades que ahora tenemos,  pero eso no nos convierte en las malas del  cuento,  no se confundan.

Tal vez ahora haya más mujeres profesionistas, emprendedoras, empresarias o jefas, pero eso no nos hace las únicas responsables de que los niños y los jóvenes estén viviendo  la decadencia de la sociedad.

¿Por qué lo digo?  Porque hoy en día muchas escuelas que tiene niños con problemas de aprendizaje y conducta se escudan en que somos las mamás las culpables al no pasar tiempo con nuestros hijos y abandonarlos en manos de nanas, abuelas o familiares, y no siempre es así.

No digo que no pase, “hay de todo como en Botica”, pero no todas las madres que trabajamos abandonamos a nuestros hijos a su suerte- La realidad es que muchas Instituciones educativas de hoy en día prefieren culparnos antes de  asumir que hay niños diferentes que necesitan que se les trate de manera diferente y  que el hacerlo es parte de su responsabilidad como educador.

Que diferente sería que, en vez de buscar culpables y pasarse la bolita, cada quién asumiera su parte de responsabilidad y entre todos sacáramos adelante a tantos chiquitos y jóvenes que realmente nos necesitan.

Un problema de aprendizaje no necesariamente es por falta de atención en casa. Puede deberse a, desde una limitación intelectual, hasta un déficit sensorial, trastornos emocionales o  condiciones externas, como un medio familiar inapropiado o métodos inadecuados de enseñanza.

Es por esto que cada niño y cada problemática son distintos y merecen una consideración y un tiempo individual. Cada persona es única e irrepetible, y cada uno de los que los rodeamos debemos hacernos responsables de sacarlo adelante.

Se dice que los niños son el futuro, pero su presente somos nosotros y de nosotros dependerá la clase de personas que construirán ese futuro que tanto nos preocupa.

Ahora que vamos a empezar un nuevo año, tomémonos un tiempo para observar a nuestros hijos conocerlos realmente, saber si son felices en su colegio, con sus amigos, en su casa y prepararnos para poder cubrir lo que ellos necesitan de nosotros.

Ya no es momento de culpas, ahora es momento de actuar. Pero no se preocupen, no estamos solos.  Todos nos podemos ayudar, yo, prometo hacerlo.                 

¡Hasta la próxima!

domingo, 4 de diciembre de 2011

El antes y el ahora en la Educación

¡Hola de nuevo!

Heme aquí para hablarles un poco de un tema que últimamente me ha estado  dando vueltas en la cabeza y que hoy quiero compartir con ustedes.

El tema me surge después  de algunos correos que me han mandado y de hablar con algunas mamás que me cuentan sobre el sistema de educación que llevan sus hijos en las escuelas nuevas que tenemos en nuestra ciudad y que es el mismo de tantos y tantos colegios de estos tiempos modernos, en donde pareciera que todo lo que nosotros aprendimos cuando éramos  estudiantes, ya caducó.

Ahora,  es más importante saber usar la tecnología que razonar, las redes sociales que la comunicación persona a persona, la habilidad para resolver problemas que la capacidad de prevenirlos. Y así  me podría estar por horas comparando lo que aprendíamos antes con lo que se aprende hoy.

En lo personal me parece que, como dice el dicho, “Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”. Es decir, definitivamente el mundo de hoy tiene algunas necesidades específicas que antes no se requerían, pero las personas siguen siendo personas a pesar del tiempo y de las épocas.

A mí me encanta cuando algunas mamás me dicen  que los niños de hoy traen un chip más adelantado, que entienden la tecnología de manera natural y que son mucho más listos que lo que éramos cuando niños. Lo curioso es que nuestros padres pensaban lo mismo de nosotros, la diferencia es que ellos nos aceptaban con “nuestras modernidades”, pero  seguían siendo los que llevaban las riendas de nuestra educación  y  se basaban  en los valores y el sentido común que a su vez habían recibido de nuestros abuelos.

Seguramente también había conceptos y situaciones que no entendían, como también me paso a mí con mis hijos. Pero esa es la parte de la vida que nos reta a aprender, a leer y a poner en práctica nuestro liderazgo natural y todo regido por, únicamente, un montón de amor.

Sería bueno que nos preguntáramos, ¿será verdad que  mis hijos me sobrepasan?, ¿realmente ya  no se qué hacer con ellos?, ¿me siento bien educándolos como lo estoy haciendo y aguantando berrinches, contestaciones, cuestionamientos y malos comportamientos?

Si la respuesta es SI, adelante, pero si la respuesta es NO, detengámonos tan sólo un segundo y decidamos cambiar nuestras estrategias antes de que sea demasiado tarde y las culpas ocupen mas momentos del día de los que podríamos disponer para disfrutarnos.
Los sistemas van y vienen, las épocas desaparecen y las modas pasan, pero las historias sólo las escriben quienes se han atrevido a vivir.

Seguiremos con este tema, nos vemos en la próxima!!!

domingo, 27 de noviembre de 2011

La vida sigue...


Hoy después de mes y medio, me doy cuenta que a pesar de todo y aún a pesar de mí, la vida sigue.

La última vez que escribí fue el 10 de octubre y prometí que no volvería a dejar de hacerlo, ja ja, no sabía que Dios todavía me tenía preparadas algunas sorpresas que me harían flaquear una vez más.

Últimamente me ha parecido que la vida y yo no estamos en la misma sintonía pero aún así, la vida sigue…

Debo reconocer que no todo ha sido tan malo y que realmente tengo esperanza de que todo se vaya  poniendo en su lugar.

Quiero contarles que una de las cosas que viví en estos días fue una plática de numerología a la que asistí y que realmente me impactó, según esto estoy en un  año de cambios y cierre de ciclos. Qué tal, así o más claro; ahora caigo, como dicen por ahí.

Sin embargo, uno de los ciclos que voy a tardar un poco más en cerrar es el aceptar que hoy hace un mes perdí a mi segunda perrita. La más viejita se me fue en enero de este año y no estaba en mis planes perderla a ella también tan pronto.

Podrán pensar que eran sólo unos animalitos, pero cuando Dios te manda tanto cariño y soporte emocional a través de ellas, dejas de verlas como simples animales para convertirlas en compañía y yo perdí dos compañeras incondicionales que hoy me hacen mucha falta.

Pero bueno, la vida sigue, ahora a ver hacia adelante, a seguirle echando ganas, a reacomodar lo que está fuera de su lugar y a demostrar de qué estoy hecha.

Como comenté en la conferencia que di el 25 de noviembre, acerca del “Día Internacional de la NO violencia contra las mujeres y las niñas”, a partir de HOY la vida sigue y yo con ella; no para verla pasar, sino para vivirla, para asumir lo que traiga y valorar a mi familia y a quienes están  a mi lado, para caminar con pasos, tal vez, cortos pero firmes y darle una sonrisa al mundo, para recordarle que a pesar de todo aquí estoy y que sí, la vida sigue  y yo…también!

Ahora sí, he vuelto!!!


lunes, 10 de octubre de 2011

“Lo mejor está aún por llegar”

¡Feliz inicio de semana para todas!

Me encantaría empezar el día de hoy comentándoles que he agregado dentro del blog un espacio para invitarlas a que me manden sus escritos,  pensamientos, anécdotas o simplemente algún comentario que quieran hacer sobre algún tema que les interese y que por algún motivo no se han  hemos atrevido a decir.

Este es un espacio que desde un principio fue creado para compartir y enriquecernos de las opiniones de todas.

¿Por qué se me ocurrió?  Pues porque cada vez que platico con alguien o que entro al Facebook me encuentro con algunas frases, pensamientos y opiniones que son muy interesantes y que me hacen ver que habemos muchas con la inquietud de transmitir lo que podría ayudar a que juntos vayamos construyendo un mundo mejor.

Lo único que les voy a pedir es que quién se anime a mandarme sus escritos lo haga de manera respetuosa y en pro de los  demás.

Desgraciadamente el riesgo de abrir espacios de opinión es cuando no toda la gente lo hace para ayudar y este es un espacio para construir.

La idea es ir formando una red de personas que nos atrevamos a poner en papel lo que pensamos que podría ayudar a alguien más sobre todo en estos momentos de devaluación social que estamos viviendo.

Nuestros hijos nos necesitan, pero nos necesitan seguros, informados, con capacidad de decisión, con proyectos de vida positivos, asertivos y firmes para transmitirles una seguridad que los ayude a salir adelante a pesar del mundo que los rodea.

Que sean capaces de decidir en base a los valores, que su autoestima no sea ni baja ni muy alta, solo lo suficientemente saludable para salir avantes de  cualquier situación, aún si nosotros no estamos junto a ellos en esos momentos.

Cuando leí un artículo sobre Leopoldo Labastida, hablando de que a él no le importaba qué mundo le dejaría a sus hijos, sino qué hijos le tendríamos que dejar al mundo, comprendí que tiene razón. Hay muchas cosas que no dependen de nosotros y que no dependerán nunca, pase lo que pase, pero mientras tengamos en nuestras manos la responsabilidad de formar hombres y mujeres de bien, responsables y seguros, deberemos afrontar ese deber y hacerlo lo mejor posible.

Es momento de unirnos como sociedad, como padres, pero sobre todo, como seres humanos unidos por un solo objetivo común, dejar una huella positiva en nuestro paso por este mundo que nos lleve a ser felices y hacer felices a los demás.

Por hoy me despido esperando se animen a escribir.

Los dejo con algunos consejos de Regina Brett, sobreviviente de cáncer de mama, escritora y comentarista de programas de radio en Cleveland, Ohio y que escribió cuando cumplió 50 años:

  •      La vida no es justa pero aún así es buena.
  •     Todo lo que verdaderamente importa al final es que hayas amado.
  •     Lo mejor está aún por llegar.
  •     La vida no está envuelta con un moño, pero sigue siendo un regalo.



¡Que tengan una excelente semana!


jueves, 6 de octubre de 2011

“Cuando los papás sentimos CULPA”

¡WOW, ya es jueves! No lo puedo creer, qué rápido se va la semana y con ella…la vida. Por eso debemos vivir con intensidad cada minuto, disfrutando al máximo.

El día de hoy quiero tocar un tema que me gusta mucho porque es complejo, pero muy común. Y es la CULPA que muchas veces sentimos los papás en cuanto a lo que estamos haciendo con nuestros hijos,  sentimiento que  traducimos muchas veces en remordimiento, y cuya reacción ante ella es la complacencia, la permisividad o lo que es peor, la indiferencia y que el tiempo lo cure todo.

Sentir culpa o miedo cuando somos padres es normal, tenemos en nuestras manos la vida de un ser humano y esa es una responsabilidad enorme.

Pero, ¿en qué momento empezamos a sentir esto?

La respuesta es sencilla, desde el principio…cuando los padres se asoman a la cuna de su hijo recién nacido, sus ojos son toda ilusión. Ven en aquel niño un horizonte amplio de posibilidades. Es una promesa abierta al futuro.

Consciente o inconscientemente se forjan ilusiones...

Pero a medida que el niño va creciendo y manifestándose, el horizonte se va estrechando. Los padres observan detalles, por lo que  sin formularlo mentalmente y sin decirlo con palabras, se empieza a pensar que aquel niño no es tan listo, ni tan simpático, ni tan agradable o tan fuerte como se había soñado.

 Es en ese momento cuando se cuela por debajo de la puerta el peligroso sentimiento de la desilusión y el miedo ante lo que se supone que debemos hacer y lo que se espera de nosotros.

El miedo es un aspecto normal y útil de la vida (ya que nos señala lo que es peligroso).

Se vuelve negativo cuando los padres sólo reaccionan desde el miedo, y olvidan virtudes como la confianza y la posibilidad de disfrutar de la vida, dejando de pensar y percibir y tan sólo reaccionando automáticamente con angustia ante la personalidad propia  de los hijos.

¡Aceptar a los hijos requiere un inmenso coraje!

Se vale tener ilusiones en cuanto a ellos; se vale tener un proyecto de vida para ellos y por el cual los vamos a guiar mientras nos necesiten para caminar. Lo que no se vale es que todo eso lo hagamos como una proyección sólo nuestra, sin tomarlos en cuenta a ellos.

Tener una ilusión sana por los hijos se fundamenta en aceptar a nuestros hijos como son. Esto es una tarea de todos los días, de todas las horas, una lección que no se aprende de una vez y que supone mucha voluntad y carácter por parte de los padres.

Todo niño, todo ser humano, posee la capacidad de ser persona feliz. ¿No somos nosotros mismos quienes se  lo estamos impidiendo con la excesiva ilusión? No debemos tener modelos equivocados resultantes del medio que nos rodea en la actualidad, modelos prefabricados por los medios de comunicación o por la generalidad de la sociedad que fácilmente nos puedan llevar a la desilusión y les pueda impedir a nuestros hijos el crecimiento hacia la madurez.

Una de las claves del éxito personal es la actitud positiva con la cual las personas enfrentan las diferentes situaciones en la vida.

¡Por eso es tan importante que nuestros hijos tengan experiencias de éxito!

Debemos ayudar a nuestros hijos a descubrir sus fortalezas y habilidades únicas, enfocándolos en ellas en vez de destacar sus áreas débiles.

Y así, paso a pasito, combinando nuestra experiencia de vida, el  proyecto que tenemos para ellos, su propia personalidad y las circunstancias que lo rodean, iremos adquiriendo las armas que necesitamos para enseñarlos a enfrentarse a la vida y podremos acompañarlos en ese camino para tenderles la mano cuando nos necesiten.

No vamos a dejar de sentir culpa o miedo por momentos pero cuando los veamos ir disfrutando sus pequeñas o grandes experiencias de éxito encontraremos las fuerzas para superar esos sentimientos por un día más.

¡Ánimo papás, no le teman a sus sentimientos, solo EDUQUEN CON LA RAZÓN, USANDO SU CORAZÓN!

Nos vemos….pronto!!!